Muchas son las mujeres que diariamente sienten sus derechos vulnerados, ya sea de manera discriminatoria en lo laboral, en lo profesional, o en diferentes aspectos como parte de la sociedad. En consecuencia, una respuesta vital a la transgresión, se ve reflejada en la afectación psicológica por agravios físicos, verbales o emocionales, haciendo que su grado de indefensión las lleve, en algunos casos, a entrar en aislamiento dominado por un silencio de alta peligrosidad para su integridad y desarrollando actitudes determinadas por el miedo.