Entrevista a Carlos Ramírez, doble medallista olímpico de Río y Tokio.

Carlos Ramírez Yepes, o el “pequeño mago”, como lo suelen llamar, obtuvo su segunda medalla de bronce en unos Juegos Olímpicos en la disciplina de BMX Racing masculino. El deportista se quedó por segunda vez consecutiva con la tercera plaza del podio olímpico. Ya lo había conseguido en las justas de Río 2016 y, ahora, en las de Tokio 2020.

El pedalista colombiano fue tercero al cruzar la línea de meta tras el neerlandés Niek Kimmann, quien fue primero, y el británico Kye Whyte, que terminó segundo.

Con esto, Ramírez entró al grupo de dobles medallistas olímpicos, conformado por Helmut Bellingrodt (Múnich y Los Ángeles), el hoy Jefe de Misión en Tokio; Caterine Ibargüen (Londres y Rio); Oscar Figueroa (Londres y Rio); Yuri Alvear (Londres y Rio), y Jackeline Rentería (Londres y Rio) y, el más reciente, Luis Javier Mosquera (Río y Tokio 2020).

Igualmente, el bicicrosista colombiano otorgó a la delegación colombiana su medalla número 31 y, además, la presea de bronce número 16 en la historia de los Juegos Olímpicos.

¿Cuál fue el momento clave para repetir medalla?

“No, no sabría. La verdad en la primera curva salí a lo que no me daba, salí lento, le pegué a un salto, ahí fue donde Joris (Daudet) me vuelve a pasar y les soy sincero, pasé el segundo triple en la segunda recta como no sabía pasarlo, porque no llevaba nada de impulso ni había practicado el salto sostenido. No era una forma en que quería pasar y salió. Lo pensé en la cabeza, yo creo que ahí fue donde me mantuve como en la pelea. Después salí con Joris a pelear, en la tercera recta chocamos, le pegué a un morro y creo que presionarlo de una manera también para que él entrara muy cerrado a la curva. Creo que fue algo donde pasó”.

¿Vale el dolor en las piernas?

“Créame que quedé peor en la tercera semifinal que en esta final. Obviamente lo di todo, vieron que llegué a la baranda y me tiré porque me dolía todo, pero gracias a Dios se logró. Se logró estar aquí otra vez, se logró montarme a un pódium al que hubo momentos en que lo vi muy lejos viniendo aquí a esta carrera”.

Ve la medalla y ¿Qué siente?

“No, un sueño hecho realidad. La verdad es una locura volverme a colgar una de estas. Obviamente sueño con un oro porque es algo que todo deportista sueña, pero son dos bronces que me saben a oro porque son momentos duros que hemos pasado”.

¿Cómo valora su paso por Tokio?

“Son unos juegos que son absurdos. Son unos juegos que primero que todo nos los habían aplazado un año, son unos juegos que un año no sabíamos si los iba a hacer. Hubo muchos rumores de que iban a ser cancelados. No les voy a negar que hubo un momento con mis amigos en el que salió una noticia que decía que se habían cancelado los Juegos Olímpicos… ustedes no saben lo que me pasó a mí por el cuerpo. Me dieron ganas de llorar, me dio un bajonazo que no esperaba. Todo fue muy raro. Después llegó un año de pura preparación y llegar acá y ver la villa fue reconfortante. Sabía que iba a ser duro porque no me sentía en mi mejor momento, pero la sacamos del estadio, lo dimos todo, dejé el corazón, el alma y todo en la pista”.

¿No se lo esperaba?

“Sí me la esperaba, porque he tenido un muy buen año, pero con el mes que he pasado, con todo lo que ha pasado en este tiempo, como que tenía muchos demonios en la cabeza, muchas cosas en la cabeza que en verdad me tenían loco. Había momentos en que no sabía que iba a pasar, momentos en lo que estaba nervioso por saber si iba a estar acá”.

¿Desde ahora está pensando en lo que va a ser París?

“Tengo muchas cosas en la cabeza que no podría decir que voy a hacer. Tengo muchos sueños locos por otros lados también, entonces no sé lo que va a pasar”.

¿Qué significa la ayuda económica de un tercer lugar?

“Eso es bacano. Es muy bonito que en verdad nos apoyen, y yo siempre voy a invitar a las empresas privadas a que también apoyen más al deporte, porque, como ustedes saben, nosotros vivimos de esto. Esta es nuestra labor, nuestra pasión. Yo lo hago más por pasión y porque amo lo que hago. Yo me paro el partidor y disfruto el momento dejando de lado los incentivos económicos que ya son un extra que tenemos”.

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