Las mujeres cada vez más empoderadas del desarrollo institucional de Colombia

Bogotá D.C. marzo 8 de 2022.- (Prensa Senado). –Este domingo 13 de marzo los ciudadanos en las urnas elegirán al nuevo Congreso de Colombia, con un escenario electoral de 2.804 candidatos(as) de los cuales 1.116 son mujeres, es decir el 39.9 % y donde se destaca que, de los 922 aspirantes al Senado, 354 (38,4%) representan al género femenino, mientras que en la Cámara se postularon 762, (40,5%), de un total de 1882 mujeres que aspiran a esa corporación.

Las cifras establecidas por la Misión de Observación Electoral, establecen que el número de inscritas para obtener una curul en la máxima Rama del Poder Público, el Congreso de Colombia, ascendió en un 5 % en el Senado y un 6, 5 % en la Cámara de Representantes, comparado con las elecciones del 2018, lo que demuestra que los índices de participación para la representación política en las dos corporaciones, sigue en ascenso.

Cada vez se nota no solo el cumplimiento a nivel electoral de la ley 1475 del 2011, que establece la cuota de género del 30 %, sino que quieren tener más representación no solo en hacer las leyes, sino en el control político, dentro de las principales funciones del Congreso colombiano.

Reto participativo y representativo

En todo el territorio nacional están instaladas 12.512 puestos de votación para que las mujeres tengan otra oportunidad de elegir y ser elegidas, con el fin de empoderarse más en las decisiones del Congreso de la República. Del 52% de la población femenina del país, actualmente el 19.7 % están en la Cámara y el Senado. Sólo 6 % son gobernadoras y el 12 % alcaldesas.

Las mujeres durante muchos años han luchado por la reivindicación de sus derechos para derrotar democráticamente la discriminación, inequidad de género, las brechas existentes con los hombres, en el ejercicio de su representación y participación política.

En diciembre del 2021 se conmemoran 64 años del voto femenino en Colombia, un hito importante dentro de un largo proceso de lucha de las mujeres por el reconocimiento de sus derechos civiles y políticos. La historia registra que el primero de noviembre de 1956, fue expedida la primera cédula de ciudadana a una mujer en Colombia. Carola Correa, esposa de Gustavo Rojas Pinilla fue la primera colombiana en tener este documento.

En 1957, gobierno del General Gustavo Rojas Pinilla, la mujer colombiana ejerció por primera vez el derecho a votar y lo hizo en el plebiscito por la paz, que dio origen al Frente Nacional. 1.835.255 mujeres ejercieron ese día su derecho al voto. En agosto de 1954 de la Asamblea Nacional Constituyente, se dio reconocimiento de sus derechos civiles y políticos y se abrió la puerta de entrada a la mujer colombiana a la participación en espacios en los que antes le eran vetados.

Avance normativo

La Constitución de 1991, reconoció la participación de las mujeres dentro de la democracia representativa y participativa. Son muchas las leyes creadas que propenden por los derechos de las mujeres para su participación en política. Estas son algunas de ellas: Acto Legislativo 01 de 2009: En esta reforma constitucional se establece el principio de Equidad de Género dentro de los partidos políticos.

Así mismo, la Ley 1475 de 2011: “Por la cual se adoptan reglas de organización y funcionamiento de los partidos y movimientos políticos, de los procesos electorales. Disponiendo de una cuota de género del 30% en las listas de los partidos a cargos de colegiados de elección popular, para las listas a corporaciones públicas que eligen cinco curules o más

También el Acto Legislativo 002 de 2015: “Por medio del cual se adopta una reforma de equilibrio de poderes y reajuste institucional y se dictan otras disposiciones”, se establecieron los principios de paridad, alternancia y universalidad.

Al igual que la Ley de Cuotas, 581 del 2000, que estipula que el 30 por ciento de los cargos de máximo nivel de decisión de las tres ramas y órganos del poder público, en los niveles nacional, departamental, regional, provincial, distrital y municipal, deben estar ocupados por mujeres.

Ley 1981 de 2019: “Por medio de la cual se modifica la Ley 136 de 1994, donde se crea la Comisión para la Equidad de la Mujer en los Concejos y Asambleas y se dictan otras disposiciones”. Esta norma hace obligatoria la creación de Comisiones Legales para la Equidad de la Mujer en los Concejos y Asambleas del país.

Proyecto de Ley 234 de 2020 Senado, 409 de 2020 Cámara, “Por la cual se expide el Código Electoral colombiano y se dictan otras disposiciones”. Dentro del Código Electoral se establece la paridad de género, obligando a los partidos al momento de conformar sus listas de candidatos a cargos colegiados de elección popular, las integren por 50 por ciento hombres y 50 por ciento mujeres. Es la primera vez que se alcanza la paridad en Colombia, entre otras.

Es importante destacar que el Congreso avanzó en el actual periodo legislativo con el nuevo código electoral cuyas reglas no se aplicarán en estas elecciones del 2022 por cuanto no ha tenido el visto bueno de la Corte Constitucional. En la norma se busca la paridad en la participación política de las mujeres a las corporaciones públicas.     

Comisión Legal para la Equidad de la Mujer

La Comisión Legal para la Equidad de la Mujer del Congreso de la República cumplió diez años, para garantizar desde el legislativo el avance hacia la igualdad de género, la eliminación de todas las formas de violencia y discriminación contra las mujeres y las niñas y para el logro de la plena garantía y protección de los derechos de las colombianas de todo el territorio nacional. La Comisión ha sido fundamental en la organización y desarrollo de la agenda legislativa para defender los derechos de las mujeres: búsqueda de la equidad, creando leyes transversales que integraran el concepto de género.

El avance de la representación y participación del género femenino, en el desarrollo político e institucional de Colombia, sigue avanzando como lo demuestran las cifras, lo que significa que el mayor reto que tienen es elegir más mujeres para dejar atrás un Congreso que históricamente ha sido machista.