Gracias, Hungría: un delicioso aperitivo.

No olvidaremos pronto las multitudes de personas que se alinearon en la ruta durante estos tres días. Coreografía, vítores salvajes, un océano rosa de húngaros que ofrecieron la mejor bienvenida posible al pelotón. Así que gracias Hungría, gracias Budapest, gracias Visegrad, gracias Kaposvár, gracias Balatonfüred y gracias a todos esos pueblos en medio de las tres etapas que hicieron sentir su calor a la caravana rosa. Hungría es una nación ciclista que todavía está aprendiendo a disfrutar del lado competitivo de esta disciplina. Los tres ciclistas húngaros, Attila Valter, Barnabas Peak y Erik Fetter, actúan como portavoces en el país, y se espera que la llegada del Giro les de a los jóvenes el gusto por el ciclismo y el deseo de ser parte de ese grupo algún día.